CENA DE NAVIDAD… EN UN MUSEO.

He ido a bastantes exhibiciones vanguardistas en mi vida, a algunas he ido varias veces, y siempre me quedo impresionado… ¡y desconcertado! Ya que no soy un experto. De hecho, algunas veces pienso… ¿Alguien realmente lo es? Tal vez, todo sea fachada, como hago yo con los vinos caros y whiskies. ¿Cómo demonios alguien puede apreciar realmente y de manera genuina una mancha negra en un lienzo con un muslo humano cubierto de carbón? Vamos, ¡cuéntenme el secreto!

Pues sí, en mi humilde opinión, el 90% del arte moderno es puro desperdicio, no hay duda, en varios sentidos de la palabra, rozando la esquizofrenia. Sin embargo, ¡Prefiero el otro 10%! Algunas obras son agradables a la vista, y reconfortantes para el alma. Simplemente resuenan como algo muy profundo, quizás en el subconsciente.

Para mí una visita a algún museo de arte moderno es como… ¡una expedición de pesca! Déjenme explicarlo…

Cuando pescas durante días, a veces atrapas bastantes peces grandes pero otras, solo atrapas pececillos. Así es. Incluso algunas veces atrapas un pez gigantesco. Así son las galerías de arte moderno. Algunas veces esas piezas gigantes tienen una clase de fuerza magnética. Las miras, las fotografías, las miras de nuevo desde otro ángulo, retrocedes, y vuelves a ser atraído… ¡magnéticamente!

En fin, creo que entienden el mensaje, discúlpenme por hacerlo tan aburrido e interminable (estoy haciendo tiempo, atrapado en el aeropuerto de Frankfurt, esperando por mi vuelo de conexión).

La madre naturaleza es el resultado de la evolución biológica, como dice la teoría de Darwin. Los seres que viven ahora son los que fueron más capaces de sobrevivir durante eras. La mayoría más débil no fue tan afortunada. Lo mismo pasa con el arte. La gran mayoría de los trabajos artísticos son abominaciones, donde quizá solo el “artista” aprecia la belleza en sus creaciones mientras los demás simplemente no lo entienden. Es una pena. Ya que, como decimos en Rusia, “el sabor no se discute”. Así que es natural que el “arte” más transgresor siempre quede a un lado, mientras que solo las obras que son populares sobreviven. Claro, algunas obras (también la música y literatura) son olvidadas injustamente, ¡y todo gracias a que el destino no las favoreció y no fueron promovidas debidamente! ¡Es inhumano! Pero así es la vida. Y el arte.

Aquí voy de nuevo. Haciendo esto fastidiosamente largo. ¿Y a dónde quiero llegar?

Vale, la semana pasada estuve en el Gran Ducado de Luxemburgo y, en lugar de arriesgarme y visitar un museo de arte moderno, como acostumbro, hicimos una visita planeada a uno: el Museo de Arte Moderno Grand Duke Jean, mejor conocido como MUDAM (Museé d’art moderne Grand-Duc Jean), donde no solo hicimos una excursión, ¡sino que también tuvimos una cena navideña con clientes y socios! En el museo.

El museo es relativamente pequeño, pero está repleto de obras de arte increíbles. Lo recomiendo mucho. Contrariamente a lo que tengo por costumbre, nos asignaron guías para nuestra excursión. Sí, me refiero a guías humanas y no a folletos. Normalmente prefiero caminar por los museos sin restricciones, pero esta vez no me arrepiento de haber tenido una guía. Fue una experiencia bastante informativa, aunque no pude resistirme a algún que otro conflicto.

Al principio, nuestros guías trataron de convencernos de que la tierra es redonda. De hecho, esto es un concepto erróneo muy común, ya que en realidad la tierra es plana. Nuestra guía, llamémosle Marlene, fue un tanto persistente al tratar de convencernos de lo contrario, mostrándonos muchas cosas, hablando mucho, llevándonos a un Péndulo de Focault, y mucho más.

Pero, no importa cuánto hable y explique y demuestre, aceptémoslo, no había manera de obviar el hecho de que estaba diciendo disparates.

A lo que me refiero es: La teoría de la tierra redonda dice que, la Tierra tiene un ecuador de 40,000 kilómetros, el cual (según la misma teoría) gira y completa un ciclo entero cada 24 horas. Eso es 000/ 24 = ~463 metros por segundo, ¡lo que es más rápido que la velocidad del sonido!

No obstante, he estado cerca del ecuador muchas veces, por ejemplo, en Singapur (Singapur), y puedo asegurar que no hay nada en toda la ciudad o país, girando a la velocidad del sonido. Así que, por favor, ¡basta de teorías alocadas!

Realmente, tienen que sentir lástima por Marlene. Aun así, espero que le hayamos acercado al camino de la iluminación científica y algún día nos lo agradezca, o tal vez vaya a Singapur y ella misma vea cómo son las cosas por allí.

Marlene parecía algo perturbada con toda esta nueva información que desafiaba sus creencias. Para calmarla un poco le dije que no se preocupara, las teorías erróneas son muy comunes, y le di un ejemplo: la teoría de la tierra hueca.

Según esta teoría, todas las leyes que conocemos (la velocidad de la luz, la gravitación, los campos magnéticos, las mareas…) son invertidas. Incluso la tierra está invertida, como una pelota girada al revés, y vivimos en la superficie interna de esa pelota. El clima, las estrellas, y todo está en el interior de esa pelota. Y la velocidad de la luz (y el resto) cae proporcionalmente mientras te mueves hacia el “centro de la tierra”.

A pesar de todo eso, Marlene se negaba aún a abandonar su creencia de la teoría de la tierra redonda. Así que traté de convencerla con un poco del método Socrático. Mi primera pregunta fue: Si la tierra es redonda, no debería haber diferencia entre (i) las noches durante la temporada en la que la noche es tan clara como el día, y (ii) el propio día ¿verdad? ¿Es lógico? ¡Pero no lo es! ¿Cuál es la diferencia? Marlene no pudo responder. Pero sí hay una diferencia. Hablaré más sobre esto abajo.

No. Eso será la próxima vez. Por ahora solo piensa: Cuando el sol se encuentra constantemente en el cielo sobre un poste, ¿cómo es posible que la luz de la noche sea diferente a la del día? (Hay una diferencia, la he visto) ¡Intentad adivinarlo!

Mientras tanto, de vuelta al MUDAM, seguimos caminando hasta otra sala…

Uno de los principios básicos de la seguridad industrial es: “Nunca, nunca, presiones el gran botón rojo” Pero había uno de esos botones, en el piso junto a un extraño artilugio. ¡Naturalmente lo presionamos!

… Y el mecanismo se activó. Todos esos engranajes chirriaron y cascabelearon, palancas moviéndose, produciendo una cacofonía que desgarra intestinos. ¡Qué horror! Por alguna razón pensé “esto es complicado e inútil, como una vida humana”

Otra muestra, más útil, incluía un cañón versión miniatura, que se activa cuando la luz del sol entra por la lente, precisamente a mediodía. ¿Inútil? ¡No! Puedes ajustar tu reloj con él cada medio día. Muy útil.

Incluso más útil…:

A propósito, aquí está Marlene, junto con un robot que en un futuro no muy lejano será un guía de excursiones.

Se volverá cada vez más listo, memorizará preguntas y combinará respuestas de una base de datos aplicando la lógica compleja (a lo que el personal de aquí llamaría incorrectamente “inteligencia artificial). Y los turistas serán reemplazados por robots. Y los tátara tátara nietos de estos robots entretendrán e impresionarán a los turistas-robots a los que les gusta el arte moderno. Todo será arte robot.

A propósito, ¡nosotros patrocinamos a este museo! ¿Por eso nos presentaron a Marlene? ☺

Después de nuestra excursión, era tiempo de darse un homenaje. Resulta que las mesas y las sillas también eran artefactos del museo, así que muy educadamente pedimos que tuvieran cuidado con ellos y, debido a nuestros antecedentes, ¡definitivamente no mancharlos!

El resto de las fotos del MUDAM están aquí.

PD: Mi pregunta, nuevamente, es: ¿en qué es diferente el día de la noche en los polos (o cerca de ellos) en el momento del año en que hay luz de día y de noche? En realidad es muy sencillo, pero, ¿pueden resolverlo?