enero 15, 2016
HOU, HOU, HOU KILIMANJARO
¡hou, hou, hou! ¿qué mejor que escalar un volcán en África? Eso es lo que me pregunté en noviembre del año pasado…
Pasaron seis semanas y ahí estaba, ¡en la cima del Kilimanjaro!
“La primera etapa del mal de altura es la euforia: el individuo se vuelve un ser animado, emocionado, cordial, hablador… casi extasiado. La segunda etapa es el letargo: la persona está desanimada, triste, aburrida, apagada y perezosa, sin deseos de conversar ni apetito”.
Esas son las notas que escribí basándome en la conversación que nuestra guía en Tanzania, O.R., nos dio no mucho tiempo después de la llegada al país. Pero creo que se olvidó de la siguiente etapa (después de todo, no quería asustarnos); así que ya la voy a añadir yo: la tercera etapa es mortal, rápidamente empeora el estado físico y mental y… mmm, como O.R., prefiero no tocar este tema. Permitan que les diga lo que necesitan si se acercan a la tercera etapa: una máscara de oxígeno, medicamentos inyectables, y la posibilidad de llamar a un servicio médico de emergencia con helicóptero. Todas ellas son necesarias lo más pronto posible.