noviembre 16, 2012
Me quito el sombrero ante Harvard
Tres semanas de viaje y seguimos contando… ¡No, no puede ser, ya perdí la cuenta! De todo. La cantidad de vuelos, hoteles, ciudades, taxis, camareras amables y, por supuesto, innumerables entrevistas, mesas redondas, disertaciones, reuniones con socios y negociaciones. Estoy un poco confundido con respecto al qué y dónde de estos últimos 21 días. Si hago un esfuerzo e intento hacer funcionar mi vieja memoria, empiezan a asomarse algunos datos espacio–temporales, pero sigue siendo todo un poco borroso. La mejor forma de darle una sacudida a mis conocimientos es mirar mi archivo de fotos: mis propias fotos almacenadas en mi computadora portátil (perdonen pero esas me las guardo para mí) y las fotos públicas en Flickr e Instagram.
Ayer, nos encontramos en el lugar donde una reunión para tomar el té derivó en nada menos que en la Revolución Estadounidense, Boston. Saltaré la parte comercial del día y pasaré directamente a la parte más interesante: visitar la mayoría de los lugares de interés , especialmente , uno en particular.
Los suburbios de Boston, la Commonwealth de Massachusetts (curioso título oficial para el estado si tenemos en cuenta la lucha entre el país y la original Commonwealth, más mala y grande). O tal vez no, ya que después de todo, estamos en Nueva Inglaterra :), hogar de una de las universidades más antiguas, respetadas y prestigiosas (estoy seguro que hay otros “la más” que calificarían a este lugar) de EE. UU. (¿Del mundo?). Por supuesto, estoy hablando de Harvard, en la localidad de Cambridge ( no confundirlo con la localidad del mismo nombre en el Reino Unido, que también es hogar de una universidad con muchos la más).
Si digo que este lugar impresiona, nadie se sorprendería. Por supuesto que impresiona. Tiene un aura que la rodea, el inconfundible aura académico, algo que yo respeto y de lo cual tengo queridos recuerdos (de mi país). Una mágica atmósfera de cuento con un imponente telón de fondo de arquitectura clásica de los Siglos XVIII y XIX . ¡Exuberante!
Dicho sea de paso, fue aquí donde se filmó la película Una mente brillante ganadora de un Oscar.
Ya he escrito mucho. . Dejemos que las fotos digan miles de cosas más que las que expresan las palabras:
No rocas rojas, ladrillos rojos
¡Aquí está! La única e incomparable computadora electromecánica de Harvard, Mark I: informática al estilo de los años 40
Donde se sentó Russell Crowe
Biblioteca de la Universidad de Harvard, desde fuera:
Y desde dentro:
Podíamos oír el funcionamiento de los engranajes desde aquí afuera, a través de la puerta de vidrio.
Boston desde bien arriba:
Hola, Nueva York (¿Eso es contaminación?):
Aquí estamos, de vuelta en “New York, New York”, tan genial que tienen que nombrarla dos veces. ¡Curiosamente, ir desde el aeropuerto al hotel nos llevó el triple de tiempo que lo que duró el vuelo desde Boston a NY! ¡Me recordó a Moscú!
Mañana nos levantamos muy temprano para nuestra conferencia con los estudiantes del NYU Poly (Instituto Politécnico de Nueva York), así que me voy a dormir. Les deseo buenas noches y nos vemos pronto.