Marruecos: +1

¡Salam, amigos!

La  lista de países que he visitado acaba de recibir un +1: Marruecos. Mi total ahora es de 72, incluyendo la Antártica. Las adiciones  a esta lista últimamente han estado un poco lentas, pero supongo que es matemáticamente inevitable mientras más larga se hace la lista, y por supuesto que  no cuento  los múltiples viajes repetidos que hago a un puñado de países.

Así que aquí estoy en Marruecos, en  Marrakech (también llamada Marraquesh, ¡pero nunca Marakesh o Marakech!). Aquí celebramos s nuestra conferencia anual de socios europeos.  Por lo general,  realizamos este evento en algún lugar de las costas europeas del Mediterráneo, pero este año quisimos realizarlo al  otro lado de este charco: en costas africanas. La conferencia fue fantástica: dinámica, interesante, divertida y había una réplica de un auto de carreras de Fórmula 1 para la ocasión.

Pero eso es todo lo que van a saber sobre  la parte de negocios del viaje. Ahora, sobre el aspecto  cultural…

Marruecos. ¿Qué puedo decir? Para comenzar, este es un lugar muy interesante, ¡y bastante loco también! Dicen que un viaje a Casablanca es algo que se debe hacer en este país y también que uno debe alquilar  un automóvil y conducir por la costa del Mediterráneo y contemplar los montes del Atlas, pero eso tendrá que esperar hasta la próxima vez. Hoy les hablaré  sobre Marrakech y sus alrededores.

Lo que definitivamente “hay que ver” es  el pueblo antiguo (Medina), el barrio del mercado al aire libre (“souq“) y Jemaa el-Fnaa, “el barrio más transitado en todo el continente africano”.

Animado

Atestado

Una de las calles laterales más tranquilas

Todo esto está en la Lista de Patrimonios de la Humanidad, de UNESCO, a pesar, o tal vez debido a…:

…la topología del laberinto de calles laterales dentro de las paredes rojas aquí. Es más bien… ¡asombroso! “Es tan complejo, como la cicatriz en la rodilla de Albus Dumbledore”©. Es un gran enredo de pasajes con forma de túneles que se entrelazan  unos con otros, llenos casi hasta el borde de  lugareños de paso seguro y turistas boquiabiertos. Muchas bicicletas, muchas motocicletas (haciendo un horrible sonido, que hace recordar el sudeste asiático); muchos talleres convertidos en tiendas donde todo y cualquier cosa parece hacerse, repararse y/o venderse; mendigos cantando; ruido, bullicio, colores brillantes, olores potentes y en su mayoría apetitosos, ya que están permanentemente hirviendo o friendo algo delicioso, o pintando hierro, piel u otra materia. También se tornea y se talla mucha madera; todo se hace con mucho más frenesí que en las calles laterales indiscutiblemente frenéticas del Viejo Jerusalén.

Hay prácticamente de todo hecho a mano, desde zapatillas árabes hasta camisetas y balones de rugby “Luis Vuittin” (por el mismo precio que las zapatillas). Ah, sobre los precios: este es el mundo árabe y los productos no tienen precio. Aquí lo principal no es el precio, lo principal es el comercio; en realidad, el regateo. El regateo es aquí todo un estilo de vida  y no hay forma de evitarlo. Los lugareños lo han estado haciendo durante  miles de años. Ylos turistas, supongo, se les unieron  bastante tiempo después, pero hicieron un buen trabajo poniéndose al día.

Así es. En esta tienda no se permiten bicicletas ni motocicletas.

¡Esferas de árbol de Navidad gigantes!

Ya lo dije, todo hecho a mano

Después  de dar vueltas durante dos horas y habiendo perdido totalmente nuestro sentido de la orientación con tantos  cruces de túneles, finalmente nos encontramos en un espacio abierto. ¡Qué alivio!, pensamos. Libres. ¡Pero no! Esto no era una salida. ¡Era el fin del laberinto! Era la Plaza del Bazar.

Aquí se encuentra prácticamente más de lo mismo: montones de túneles y mucha actividad, pero con algo extra que se personificaba en los tamborileros y en una multitud de gente escuchando a personas contando historias y leyendo las noticias (¡al estilo de la vieja escuela! ¡Olvídense de los periódicos, la radio, la TV o Twitter! Las personas aquí quieren las noticias en directo y relatadas por alguien que puedan ver físicamente. ¡Y pagan por ello!) También hay: adivinos, encantadores de serpientes, monos y muchas otras variedades.. Humo gris azulino emana de las hogueras, gente usando caftán, caballos y carruajes… Está realmente lleno de vida. ¡Y ha sido exactamente igual durante miles de años! La Plaza del Bazar de Marrakech: donde el tiempo se detuvo hace un milenio.

Inicialmente había pensado detenerme en este punto, pero cambié de opinión. Debería compartir más impresiones con ustedes. Y hay muchas.

Decidimos subir a los montes, al Atlas, que se pueden ver a simple vista incluso desde nuestro hotel. Estos montes son impresionantes. ¡No sabía que la cadena del Atlas se encontrara a “allá arriba” (!) (en términos de apariencia) con las montañas del Cáucaso! Le di una mirada rápida a Wiki… y sí, ¡los picos de estas crestas tienen más de 4.000 metros de altura! Por supuesto, esa es la razón de la nieve en la cumbre (aunque estemos en África). Las fachadas de los acantilados (aparentemente) verticales, el viento frío, los angostos cañones, todo bien. Realmente, todo debe verse más de cerca, con una mochila y un guía. Es una pena que aquí no exista mi fenómeno natural favorito, los volcanes-.

Ahora, lo que no me gustó.

En primer lugar, el humo por todas partes proveniente de las hogueras en las que las personas cocinan  y  se calientan.  Se mete literalmente en todas partes, de alguna manera incluso a través de ventanas cerradas. En segundo lugar, y no lo van a creer: las moscas. ¡Incluso en la piscina de un hotel cinco estrellas! Por supuesto, no tienen la  culpa, pero ¡es terrible lo molestas que pueden ser!

¿Otra cosa que me gustó ?

Sorprendentemente, hay algunos lugares especialmente indicados  para los amantes de tumbarse  al sol:  el L’Oliveraie de Marigha y el Kasbah Tamadot hotel y restaurante , cuyo dueño es aparentemente Sir Richard Branson. Todo bastante elegante. En las colinas africanas en medio de asentamientos de los bereber: comodidad, cócteles, césped frondoso  ¡y una piscina! ¿Quién lo habría pensado?

¿Toscana? No, ¡el norte de África!

¿El cañón Red Rock? ¡Se equivocaron  de nuevo!

Por cierto, ¡esto no es  publicidad pagada! Ya no les diré nada más. Es decir, aparte del hecho de que el Kasbah es mucho mejor que el  Marigha, pero la comida en el Kasbah consta exclusivamente de platos locales… y estos son, simplemente, ¡asquerosos! No probamos la comida en el Marigha. Pero tienen tarjetas de visita  muy modernas,  ¡con un código QR! ¡En los montes de Marruecos!

Así que, dentro de todo, Marruecos es un lugar muy interesante para los turistas. ¡Compruébenlo ustedes mismos! Creo que les gustará. Por algo debe ser  que millones (!) de turistas procedentes de todas partes del mundo lo visiten cada año. ¿Y por qué no? No es demasiado caro, para nada malo (sin mencionar las moscas) y, vamos, es África después de todo, pero no en el sentido del estereotipo de “no es un lugar donde puedes dejar a tus hijos correr libremente”. Para nada. Al menos, no desde donde estoy sentado ahora, al lado de la piscina 🙂 ¡Así que vengan!

Bien, ahora sí es el final, eso es todo sobre Marruecos. Es hora de hacer  las maletas y decir adiós a África.

De vuelta, con esta banda sonora

El resto de las fotos están aquí.

// Apéndice de K.A.: “Si alguna vez necesitan desaparecer, pasar desapercibidos por un tiempo (al estilo de Michael Corleone), ¡Marrakech es el lugar para hacerlo!”

// Y otro más: “Esto es algo que deben probar (en la foto de abajo): una exquisitez dulce de cada bandeja, ¡lo que equivale a una caja llena de 20 exquisiteces! ¡Y todo por un euro!”

Que tengan un buen día, buenas noches, ¡o lo que corresponda para ustedes!

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