De Tokio a Seúl

Esta vez, en Japón, no hubo nada digno del Top-100, no hubo viajes, ni caminatas… ni tiempo libre. Solo hubo conferencias, reuniones, entrevistas y más shigoto (仕事), que significa trabajo.

Antes de venir a la tierra del sol naciente, esperaba que el ritmo fuera menos frenético que de costumbre, con mas libertad para contemplar relajadamente los paisajes históricos y naturales, caminatas meditabundas nocturnas, flores de cerezo y más. Claro. Mientras más tiempo pasa, parece que más me alejo de cualquier oportunidad de mirar cosas como el Monte Fuji o Aogashima, y enfocarme más en “shigoto, shigoto, shigoto”. ¡Que también es bueno, claro, pero… bueno, miren que le ha pasado a Jack!

El único fragmento de microturismo que obtuve fue una rápida marcha por mi ruta favorita a las afueras de los terrenos del Palacio Imperial de Tokio.

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Les recomiendo mucho una caminata a lo largo de los caminos que cruzan los parques a las afueras del palacio. Y también por los caminos dentro del complejo del palacio.

Dentro del complejo te pedirán educadamente que te abstengas de hacer muchas cosas como: no tirar basura, no hacer ruido (en las noches), no romper las ramas de los árboles, no encender fogatas, no encender fuegos artificiales, no hacer grafitis en los edificios. Y con toda razón. La lista se ha actualizado desde la última vez que estuve ahí. Ahora también te piden que no vueles cuadricópteros. Ahh, los japoneses, siempre manteniéndose al día :).

Aquí hay una foto de nuestra caminata a casa – ¡una carretera en zancos sobre un río! ¡Pobres peces y demás criaturas del río!…

Más tarde, esa misma noche, se repitió la vista panorámica de Tokio, como la que les conté en el post anterior: los 360 grados de la capital desde los dos lados del rascacielos. De noche, la vista es tan increíble como en el día, si no es que más. Es una pena que el Monte Fuji no pueda verse de noche. En realidad me retracto de haber dicho eso. ¡La única manera en la que el Monte Fuji podría verse de noche es si hiciera erupción!

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La mañana siguiente fui al aeropuerto para el vuelo hacia Seúl. Si alguna vez toman esta ruta, asegúrense de sentarse del lado derecho (mirando hacia atrás) desde ese lado, justo después del despegue, tendrán una vista increíble del Monte Fuji desde la ventana – a veces puedes admirarlo sin nada que estorbe, a veces está sentado entre las nubes.

Pero, ¿cómo supe de que lado sentarme? Bueno, pues volé de Tokio a Seúl en 2005. Incluso localicé las fotos:

En resumen, aunque en su mayoría fue por negocios, este viaje a Japón no estuvo nada mal. En realidad ningún viaje a Japón está mal :).

Más de los viajes a Japón de los últimos 5 años aquí.

Adiós por ahora, amigos. Volveré muy pronto. Pero, por ahora, de vuelta al shigoto…