mayo 26, 2016
A las puertas del espacio
La idea de un viaje espacial ha rondado mi mente desde hace algunos años, en concreto desde la época en que Sir Richard Branson patrocinaba el equipo de Fórmula 1 Brawn. En aquel entonces, desde KL estábamos reflexionando sobre si era buena opción patrocinar la F1 (cosa que terminamos por hacer al patrocinar la escudería Ferrari) y conocí a RB en una carrera. Para no alargar la historia, después de un buen rato bromeando, acabé comprando un boleto en sus oficinas… ¡para un viaje al espacio!
Desde entonces, me las he ingeniado para prepararme y estudiar temas relacionados con el espacio al experimentar la ingravidez (en un IL-76), siendo testigo del lanzamiento de un Soyuz desde Bainkonur y visitando el Yuri Gagarin Cosmonaut Training Center en la Ciudad de las Estrellas.
La ingravidez es impresionante y la verdad es que no tuve ningún problema en entederla. Pero con respecto al Soyuz y a la réplica de la Estación Espacial Internacional… no sé qué decirles: no conseguía entender el funcionamiento de la consola de gestión. Parece que los ingenieros espaciales no saben lo que es la experiencia de usuario ni las pruebas A/B. 🙂
Mientras tanto, se estaba construyendo un cosmódromo para Virgin Galactic. Nada muy grande ya que solo se planea lanzar aviones suborbitales desde él. Ya hubo vuelos de prueba, presentaciones glamurosas, y unas cuantas historias más sobre el tema. Después hubo alguna mala noticia seguida de un largo silencio de 18 meses.
Tras todo ello, ¡recibí un comunicado de importancia cósmica! Eso significa que no se olvidan de sus clientes, buena señal… Pero la cosa no termina aquí…