Una visita a Seúl

Casi nunca uso el metro, sin importar en qué parte del mundo esté. Mi rutina es: avión – coche – hotel (o casa) – coche – oficina – coche – hotel (o casa) – coche – avión… Sí utilizo los trenes que transportan a las personas entre las terminales de los aeropuertos, aunque los metros de las ciudades no.

Pero el otro día en Seúl alguien sugirió que diéramos una vuelta en metro. La estación más cercana estaba a unos 200 o 300 metros de nuestro hotel y pensamos “¿por qué no?”.

¿Qué puedo decir? Bueno, aunque ya sabía cómo funcionaba el tema porque por debajo de mi casa pasa el metro de Moscú, he de decir que el metro metropolitano de Seúl tiene algo. Es nuevo, moderno, limpio, organizado, cómodo y enorme. Aunque se abriera en 1974, es el doble de grande que el metro de Moscú y una vez y media más grande que el de Londres. Vaya, los coreanos sí que saben cavar.

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De Tokio a Seúl

Esta vez, en Japón, no hubo nada digno del Top-100, no hubo viajes, ni caminatas… ni tiempo libre. Solo hubo conferencias, reuniones, entrevistas y más shigoto (仕事), que significa trabajo.

Antes de venir a la tierra del sol naciente, esperaba que el ritmo fuera menos frenético que de costumbre, con mas libertad para contemplar relajadamente los paisajes históricos y naturales, caminatas meditabundas nocturnas, flores de cerezo y más. Claro. Mientras más tiempo pasa, parece que más me alejo de cualquier oportunidad de mirar cosas como el Monte Fuji o Aogashima, y enfocarme más en “shigoto, shigoto, shigoto”. ¡Que también es bueno, claro, pero… bueno, miren que le ha pasado a Jack!

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El único fragmento de microturismo que obtuve fue una rápida marcha por mi ruta favorita a las afueras de los terrenos del Palacio Imperial de Tokio.

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Déjenme mostrarles Moscú con mis ojos.

Privyet droogs! (Hoy los saludo en ruso)

 

Cuando me preguntan en qué parte del mundo vivo, siempre respondo Moscú. Sin embargo, solo vivo aquí de 4 a 5 meses al año (el resto del año hago viajes de negocios). Y en esos 4 o 5 meses del año puedo veo un poco la ciudad, además de las rutas que siempre recorro entre mi oficina, mi departamento, y los 3 aeropuertos de Moscú. De vez en cuando voy al centro de la ciudad a hacer algunas cosas, como ir al dentista, nuestra fiesta de fin de año, o a la clínica por mi vacuna contra la fiebre amarilla (que es necesaria para algunos países de Latinoamérica y África). Además de eso, casi nunca lo visito. ¿Quién lo diría? Yo, que soy una persona que prácticamente no deja de viajar – ¿casi nunca puedo visitar bien la ciudad donde vivo? Eso es raro. Así que este fin de semana decidí cambiar este problema. Acompañado de otros dos “turistas” residentes de Moscú con los que he viajado muchísimo, llegó el momento de “visitar” Moscú – al menos una parte- en una rápida marcha de 6 horas…

Comenzamos en la Colina de los Gorriones, y terminamos en Molochny Pereulok, o en Dairy Lane (“La Calle de los Lácteos”):

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Malas noticias cibernéticas: Reactores Nucleares Infectados, Ladrones de Bancos Cibernéticos y Ciberdestructores de Presas.

Al ver las noticias estos días, puede que te encuentres deseando tener un contador Geiger. Me refiero a que algunas de las noticias son muy alarmantes. ¿O estoy exagerando? Veamos…

Noticia Oh-oh número 1: Apocalipsis Anunciado – por ahora.

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Se ha informado que el sistema de TI de la Unidad B de la Planta Energética Gundremmingen en Swabia, Bavaria, al suroeste de Alemania – justo en el 30 aniversario del día del desastre de Chernobyl – ha sido infectada por un tipo de malware. Sin embargo, también se ha reportado que no hay razón para preocuparse ya que no existe ningún peligro.

Todo está bien, podemos dormir tranquilamente; todo está bajo control; el nivel de peligro no podría ser más bajo. Después de exclamar un “fiuf” y secarme la frente, seguimos leyendo…

… Y mientras seguimos leyendo, encontramos algunos detalles más sobre el incidente. Y parece que en realidad todo está bien: después de todo, el nivel de radicación no subió – eso es lo más importante ¿no? Pero seguimos leyendo…

Y descubrimos que el sistema (aislado de Internet) que fue infectado resultó ser el que controla el movimiento de las barras de combustible nuclear. Aquí nos detenemos, nos frotamos los ojos, y leemos una vez más, con más calma…

¿QUÉ?

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Preparando KICS hacia la protección industrial

¡Hurra!

Hemos hecho el lanzamiento de KICS (Kaspersky Industrial CyberSecurity). La vacuna especial contra las enfermedades cibernéticas, la cual brinda protección a fábricas, plantas energéticas, hospitales, aeropuertos, hoteles, almacenes, charcuterías, y otros miles de tipos de empresas que utilizan sistemas de control industrial (ICS). En otras palabras, debido a que casi todas las empresas se manejan con dichos sistemas, ¡acabamos de lanzar una solución cibernética dirigida a millones de negocios grandes, medianos y pequeños de producción y servicio de todo el mundo!

Entonces, ¿qué es todo esto de KICS? ¿Para qué sirve? Primero, recapitulemos…

Antes de la década de los 2000, un ataque cibernético en una instalación industrial solo podía ser la fuente de inspiración para un escritor de novelas de ciencia ficción. Pero el 14 de agosto de 2003 en el noreste de EUA y el sureste de Canadá, la ciencia ficción se volvió realidad:

Ups

Debido a ciertos problemas en la red energética, 50 millones de ciudadanos norteamericanos se quedaron sin electricidad – algunos por varias horas, otros por varios días. Se rumoraban muchas razones detrás de esta catástrofe creada por el hombre, incluyendo árboles en mal estado, la caída de un rayo, ardillas malvadas, y… el efecto secundario de un ciberataque que empleó un Slammer (Blaster), un gusano informático.
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De Heathrow al Aeropuerto Internacional de Tel Aviv en Brittish Airways: nada bien

Muy bien, aquí estamos otra vez…

Suena el despertador, ¿dónde estoy? Hotel, ducha, maletín, taxi, aeropuerto, check-in, rayos x; “desayuno” (un sándwich y un zumo de tomate), sala, asiento en la ventanilla. Aquí viene la primera pequeña tortura de este soleado día: me encuentro justo a la altura del ala del avión, es algo aterradora y realmente grande (estábamos en un Boeing 777). Iba a ser uno de esos días. Y así fue…

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Uff, vaya. ¿Sin vistas? Entonces tendré que pasar más tiempo con los ojos cerrados. Fue un vuelo madrugador, alrededor de las 8 de la mañana, así que, ponerme al día con las horas de sueño era justo lo que necesitaba…

Acababa de dormirme cuando me despertó bruscamente el piloto. Estaba anunciando que debido a un problema técnico no íbamos a poder despegar. ¡Buff! Aunque más vale prevenir que lamentar. Así que, de vuelta a la salida y a entrar de nuevo al aeropuerto hasta que resolvieran el problema.

Estuvimos sentados 2 horas mientras retiraban la parte defectuosa de la aeronave y la reemplazaban con una nueva. Al menos esa parte estaba a la mano, o eso creo.

Nos volvimos a meter en el Boeing, guiados por un equipo muy seco “inglés” de auxiliares de vuelo con acentos muy raros.

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Otra media maratón en Londres

¡Hola amigos!

Continuamos con nuestra caminata por la Ribera del Támesis. El otro día les enseñé la primera parte de la caminata de este día (dimos un paseo por el teleférico + Greenwich y la llegada a Cutty Sark) y aquí está la segunda parte.

Después de estar en Cutty Sark llegamos a la entrada del túnel que pasa por debajo del Támesis por el que pasamos A.B. y yo la vez pasada. Pero no esta vez…

Ésta vez no giramos a la derecha… ni pasamos por el túnel, continuamos todo recto a lo largo del malecón. “¿Por qué no?”, pensamos: el camino era bonito y agradable, había muchísimas cosas para ver, el sol brillaba… incluso las nubes eran dignas de fotografiar. Vamos a evitar pasar por el túnel…

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A Greenwich y de nuevo por el Támesis

¿Qué hay de nuevo, amigos?
He estado en Londres durante toda la semana por asuntos de negocios: dos conferencias, entrevistas, comidas de negocios – como de costumbre. Y como también es de costumbre – me las arreglé para admirar un poco el entorno. Justo el otro día, tuve la suerte de haber terminado todo el trabajo del día antes de la hora de la comida, dejándome el resto del día libre para actividades recreativas. Así que esa mañana me puse mis jeans “inteligentes” de confianza, metí mis tenis en una bolsa para cambiarme los zapatos de la oficina, y nos fuimos, después del respectivo desayuno inglés, claro :).

Mi trabajo de esta mañana consistía en hacer una presentación en la Cloud Expo Europe. Esta se llevó a cabo en el enorme ExCel, en Londres, que poco después descubrí que no está muy lejos del Támesis, mi río favorito :). Así que, después de la conferencia, mi compañero de viaje A. Sh. y yo nos dirigimos hacia este…

Desde la sala de exhibición son solo 5 minutos hasta el teleférico de Emirates que cruza el Támesis – el mismo que A.B. y yo vimos y que no tuvimos tiempo de visitar la vez anterior. Me alegra tanto que esta semana si hayamos tenido tiempo tiempo para un breve paseo, es increíble. Lo recomiendo mucho – si es que está soleado, como nos tocó a nosotros.

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¿Qué se dicen a sí mismas las petunias al caer?

…”Oh no, ¡no de nuevo!”

Oh, sí. Lo sé porque salió en la “Guía del viajero intergaláctico” de Hitchhiker. Y lo cito: “Curiosamente, la única cosa que pasó por la mente del tazón de petunias mientras caían fue “oh no, ¡no de nuevo!”. Muchas personas han especulado que, si supiéramos exactamente por qué pensó eso el tazón de petunias, sabríamos mucho más de lo que sabemos ahora sobre la naturaleza del universo.”

El día de hoy recordé este párrafo. Estaba en un avión una vez más mirando hacia abajo por la ventana izquierda a los paisajes. “Oh no, ¡no de nuevo!” Pensé mientras miraba el mapa que mostraba la trayectoria del avión frente a mí: pasando sobre Amsterdam mientras volaba de Moscú a Londres. Justo el otro día hice la misma ruta, ¡solo que hacia el otro lado!

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“Mmmm, parecido a la petunia, solo que hacia el otro lado” pensé. No estoy seguro si eso es una autocrítica o sobreestimación, los físicos y botánicos tienen diferentes opiniones sobre este tema, así que no haré comentarios. Solo diré que la llegada a Heathrow fue como lo esperaba: ¡con una vista completa de Londres desde mi ventana!
Por ahí es donde mi acompañante de viaje A.B. y yo caminamos medio maratón a lo largo de la ribera del Támesis la semana pasada…

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